Dormía tranquilamente un león, cuando un ratón empezó a juguetear encima de su cuerpo. Despertó el león y rápidamente atrapó al ratón; y a punto de ser devorado, le pidió éste que le perdonara, prometiéndole pagarle cumplidamente llegado el momento oportuno. El león echó a reir y lo dejó marchar.
Pocos días después unos cazadores apresaron al rey de la selva y le ataron con una cuerda a un frondoso árbol. Pasó por ahí el ratoncillo, quien al oir los lamentos del león, corrió al lugar y royó la cuerda, dejándolo libre.
Días atrás -- le dijo --, te burlaste de mí pensando que nada podría hacer por tí en agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que los pequeños ratones somos agradecidos y cumplidos.
Moraleja:
* No puedes despreciar a los que son más pequeños o más débiles que tú. No menosprecies a tus hemanos cuando están pasando por problemas o tribulación y sus fuerzas se han debilitado, no los arrincones, ni digas: "es un débil, no supo aguantar!" Debes echarle una mano.
El día de mañana puedes ser tú el debíl y el débil estar fuerte para poderte ayudar.
Nos necesitamos los unos a los otros, para ayudarnos.
* Ningún acto de bondad queda sin recompensa y que no conviene desdeñar la amistad de los humildes.
* En los cambios de fortuna, los poderosos necesitan la ayuda de los débiles.
* Nunca desprecies las promesas de los pequeños honestos. Cuando llegue el momento las cumplirán
pos la neta me dio gueva le erlo pero yo digo q esta chidoyo no chido chido pero se le gana
ResponderEliminarun 4 minimo
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