Por la paz del mundo
Es mucho lo que nos queda por hacer, "Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo." Mahatma Gandhi
Es más bello morir por una bella causa que matar por ella, es más constructivo trabajar por un día de guerra para la paz, que 365 días de paz para la guerra, es bueno llegar a una meta, pero es mejor ayudar a otros para que lleguen con nosotros.
Es hermoso compartir el pan con el hambriento, el techo con el peregrino, la amistad con el solitario, la alegría con el triste, las lágrimas con el que llora, la angustia del que sufre, la fe con el no creyente… Todos aborrecemos la guerra y somos partidarios de la paz.
Queremos la paz en el mundo, pero será imposible implementarla si primero no reina la paz en nuestra patria, y esta se fundamenta en la paz en los hogares, pero no se puede pretender la paz en la familia si cada uno de nosotros no goza de paz interior. Solamente el que se pacificó consigo mismo, será pacífico con los demás.
Trabajar por la paz es establecer aquellas condiciones de vida que hagan a cada hombre feliz, seguro de sí mismo y de su porvenir, trabajar por la paz es suavizar relaciones humanas, solucionar problemas, hacerse entender por todos y con todos, crear a nuestro alrededor un clima de comprensión, dar a cada uno lo suyo, respetando el derecho de todos.
Los que trabajan por la paz entre los hombres serán llamados hijos de Dios, porque Dios es el Dios de la paz y no el dios de la guerra, el Dios del Amor y no el dios del odio. Siempre es mejor construir que destruir. Y sembrar es construir para el mañana, para recoger mas adelante.
Siembra sonrisa a tu alrededor, siembra dulzura, amistad, sacrificios, siembra paz toda tu vida, y recuerda que el que siembra luz de esperanza, recogerá calor y amor. Al mundo no lo cambian los que lo critican, sino los que obran en él su generosidad, su entusiasmo, su entrega y su sacrificio.
Hoy debemos ser las manos que alivian, los ojos que orientan, los brazos que ayudan, las mentes que crean soluciones. Sumergirse en el mundo, para cambiar sus estructuras injustas, creando nuevos ambientes que posibiliten y faciliten la vida del mutuo amor.
Muéstrate agradable cuando te sientas inclinado a estar de mal humor, escucha con alegría a los que te hablan de sus problemas, aun cuando tú tengas mayores que ellos, hazte cargo de las tareas que los demás rehúsan y tratan de evadir, aun cuando para ello debas postergar tus gustos, habla siempre bien de todos…
Pero en particular de aquella persona que en tu presencia es criticada, mira siempre el lado bueno de las cosas y sobre todo de las personas, y trata de hacer resaltar el lado bueno de todo, laméntate menos y actúa más, el éxito y el triunfo no es de los que hablan, sino de los que hacen.
A los que más sé hecha de menos al morir son aquellos que trataron sinceramente de hacer mejor al mundo durante su estancia en él, más bien de aquellos que han tomado mucho de la vida y han dado poco. Aquellos que han tratado de enriquecer al mundo en servicio de los demás, y no tanto de los que se enriquecieron a sí mismos aun con desmedro de la misma comunidad.
Las personas desaparecen, pero su recuerdo perdura por mucho tiempo. ¿Te has fijado como se consume la vela?, da luz, disipa tinieblas, pero a costa de su propia existencia, se va consumiendo, deshaciendo, desapareciendo… Y cuando ya no puede ser útil deja de existir. Así tenemos que ser nosotros, debemos dar luz a costa de nuestra vida.
Nuestro programa de vida debe ser dar felicidad a los demás. Debe ser hermoso llegar al final de nuestra vida teniendo conciencia de que nos hemos consumido por el bien de los demás. Dios nos da a todo un corazón noble y generoso, grande como el horizonte, para que colaboremos en la construcción de un mundo mejor.
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