jueves, 17 de noviembre de 2011

Un Relato erótico

Este relato lo encontré en el diario de universidad de mi Tía.... Tendida sola en el sofá de su cuarto, aunque luminoso, nostálgico y solitario para ella, parecía estar detenida en el tiempo, suspendida en los sueños más deseados, tratando de mantenerse aferrada al norte, ese… que le dijeron no perdiera, aunque sin embargo, en la niebla de este sur, aquel parecía prácticamente inalcanzable. Su mente no hacía más que pensar y su corazón no hacía más que sentir… emociones, desencuentros, sueños que próximos a ser cumplidos, se volvieron desencantos, desilusiones; añoranzas de una pasión eternamente ausente, deseos de un “te quieroooooo” cierto y verdadero…será tal vez…. ¿necesidad de un ventiluz amanecido? del abrazo de un amigo? de una mirada que desnude y deje a flor de piel todos sus aromas, sus pasiones, sus locuras? Lo cierto es que pensando y debatiendo si era bueno ayudar al corazón a decidir qué y cómo sentir… se entregó a la comodidad de aquel mullido y rojizo sofá; eligió buscar nuevos sueños ( ella adora soñar con sus sentidos despiertos). Satisfizo su soledad conjugando en esas nuevas fantasías, su imaginación y su realidad más cercana, aquella que no debe esperar porque está al alcance de su mano…
Al observarla así, sometida a ese sueño… el placer se dibujaba en su rostro, por momentos sólo sonreía y en otros irrumpían las carcajadas… se la veía feliz… plena…. en una voz muy suave decía: “Sus ojos me cautivan, su mirada me hace vulnerable, su ciencia me hace admirarlo, su boca me pierde en el deseo ardiente de besarlo, su presencia me inquieta enormemente, me seduce con cada gesto; él sabe que me gusta y lo disfruta. Un día cualquiera, uno de tantos, él con cierta intencionada distracción tocó mi espalda, todo en mí se erizó, acercó su voz a mis sentidos y osadamente me propuso la fuerza física irresistible en las personas como tópico del próximo trabajo que debería entregarle. Sin pensarlo y hasta sorprendiéndome de mí misma le dije sugestivamente: - habla de la misma fuerza que me hace soñar y gozar con usted? Él sonrió, me devoró con su mirada y con su particular seguridad me respondió: - Me agrada… y mucho… haberla dejado de intimidar, así se dará cuenta de la manera en que su exquisita sensualidad me provoca. Enrojecí… el calor más intenso que jamás había sentido ahora me ahogaba. Demoré en el aula, él hizo tiempo también. Caminamos juntos, yo rocé y acaricié su mano toda vez que él la acercaba. Era horario de salida y la gente merodeaba. Lo besé tímidamente y desaparecí; él parado en la esquina. De regreso a casa, luego de una clase tan productiva como exótica y audaz; la oscuridad de la noche… la impunidad de mi auto, el poder de su sonrisa presionándome fuerte, muy fuerte… y la melodía de un “te amo”; me llevaron a recordar una vez más el pedido de un viejo amigo. Sentí como mi concha se humedecía mojando cada vez más su roja protección de encaje, noté que podía fruncirse una y otra vez imaginando dentro, la verga enorme y fibrosa que se ocultaba debajo de su impecable traje oscuro. Sin más rodeos me liberé de mi falda, deslicé mi mano y comencé a acariciarme; era innecesario babear mis dedos porque mi calentura y mis irrefrenables ganas de que me cogiera lo habían empapado todo; mis dedos patinaban desde mi vulva hinchada y sensible hasta mi orto increíblemente caliente y jugoso… me froté… apreté mi clítoris con impecable precisión y al ver su cara en mi parabrisas… empecé a relamer mi boca como si pudiera chuparlo, le pedí…le rogué a ese hijo de puta que de una vez me cogiera, que me clavara una y otra vez… juro que pude sentirla!! Creo que hasta mis dos dedos se expandieron enormemente hasta hacer que la sintiera toda dentro mío, juro que su trozo de carne me había penetrado hasta no dar más!! En ese instante en que mi orgasmo empañó aquel habitáculo, el velocímetro marcaba 80, mi agitación ….por lo menos el doble!! mi temperatura al rojo vivo y mis gemidos opacaban el ruido del motor! Fue sublime aquella acabada infernal y mágicos los temblores que seguían provocándome el haberme sentido suya! Suerte la mía que la ruta, ese día estuviera tranquila… aunque recuerdo vagamente la estupefacta cara de un camionero que pasaba … quizás en un momento sublime para mí…. inapropiado para él o tal vez no…. quizás lo inspiró también!!!
A la semana siguiente le entregué mi trabajo, pero para sorpresa de él…..aquella correctísima presentación sólo contenía ….el relato de mi experiencia vehicular en la que la fuerza física irresistible era su principal argumento. Para mí sorpresa… devolución del trabajo… con esquela indicando hora y lugar!! Acabada la clase… salida indiferente….la tan ansiada ilusión y pasión…. a la vuelta de la esquina!! Pensé… será inmemorial para los dos… inmune al olvido, al tiempo, a nuevos sueños o fantasías! Y vaya si lo fue…. Él tenía todos los detalles calculados (es muy observador y memorioso, había visto, oído, averiguado y retenido cada uno de mis gustos) música suave…. fresias que perfumaban y reflejaban sus colores en las inmaculadas sábanas de seda blancas…. pequeñas y tenues velas a un costado de la bañera… ananá y frutillas enredados en un exquisito trago, ese que me enloquece …que me subleva y me somete a la vez, ese… que hizo que él gozara como nunca antes, pudo sentir y descubrir que detrás de tan respetable y correcta señora … se escondía una mujer tremendamente puta y atorranta, sin prejuicios, dispuesta a entregar y entregarse al placer más absoluto… con la única barrera de la propia imaginación.
Todo en esa habitación era perfecto, sobre todo él… parado frente a mí como tantas veces lo desee, su sonrisa y sus ojos recorriéndome íntegra… parecía quemarme en cada mirada. Dejé caer mi vestimenta de señora inalcanzable y estrené una puta nueva …. barata… entregada.. necesitada de una buena montada arriba de su macho. Lo invité a bailar, lo abracé, menee mi cuerpo rozando su bulto trajeado, pude sentir como ese bulto iba creciendo… estirándose y endureciéndose cada vez más. Disfrutaba intensamente ese roce, no me intimidó que él pudiera verme completamente desnuda, que se notaran mis pezones erizados…..mi concha abriéndose implorando que la toque. Desabroché primero su cinto y luego su pantalón, su pija se liberó con fuerza, al tocarla era una roca … dura….firme…giré y apoye mi ojete en ella; luego hice caer mi pañuelo de seda a rayas y la puerta de mi orto alzado se abrió para él… lo volví loco jugando con ambos… mientras con una mano acariciaba sus huevos llenos de leche, con la otra estiraba más su pija mientras despacito me la introducía en mi hoyo. Imaginaba su cara de goce a partir de sus gemidos, de sus constantes e intensas exclamaciones como ssshhhaaaaa…mmmmm ….ahhh, profundas inspiraciones, descontrolados suspiros… eso, lo confieso…. me calentaba cada vez más. Mi postura hizo que me dejara caer al piso hasta quedar en cuatro patas, como una gata en celo, buscando que él me dominara ahora…primero besó mi concha, la recorrió con sus labios húmedos… escupió mi culo, chupé los dedos que metió en él y mientras así trabajaba mi ojete, con su lengua movediza y juguetona penetraba en mi concha cada vez más vibrante de la calentura. No pude contenerme y un profundo goce me elevó…fue ahí mi primer orgasmo de esa noche. Le rogué que me la metiera hasta el tronco, que me dejara sentir el calor de su carne dentro mío, que me llenara con su pija … que me bombeara hasta que sus huevos hicieran ruido contra mi culo abierto y complacido. Me sacudió un buen rato…. Cuando alcancé mi segundo momento sublime, mi acosté boca abajo… él cayó arriba mío, le acaricié con masajes sus nalgas transpiradas y dando un giro comencé a besarlo desde su caliente boca abierta… succioné su lengua… lamí todo su pecho y luego tomé entre mis manos su verga mojada, puse mi baba espesa en la cabeza de su chota y la chupé con una fuerza y unas ganas desmedidas, era un mágico sueño tenerla en mi boca! era tan grande mi desesperación y tan firme y eréctil su verga que hacía arcadas al metérmela hasta el fondo… lo pajee con mi boca…mi lengua… mi baba….mi alma….cuando por fin sentí en mi garganta la tibieza de su leche… fui feliz… me sentí enamorada y apasionada, como hacía tiempo lo deseaba. Sellé luego ese momento acariciándome los ojos, mi boca y mi intimidad con las manos todavía suaves y resbaladizas por el semen que en ellas se resguardaba. Nos mimamos un buen rato…. sentimos la delicadeza de las sábanas blancas… la melodía de la bañera… nos miramos….sonreímos … y cómplices empezamos un nuevo juego..... Fuente:

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