Vuelta al pasado. Joan Laporta ha iniciado su campaña.
Vuelve el Elefante Azul, el grupo de oposición que va a tener Sandro
Rosell enfrente desde ya. La actual Junta Directiva ha cometido un
error, un grave error: traicionar al mejor entrenador de la historia del
Barça. La salida de Guardiola está siendo traumática y la decisión de
Tito Vilanova de continuar, aún más. Cuantas mentiras, menudo paripé en
la rueda de prensa del anuncio del adiós de Guardiola.
Errores varios. No
se puede dilapidar un proyecto, un fantástico proyecto tan alegremente.
No se puede borrar del mapa a Guardiola con la complicidad de su
segundo. Rosell se equivocó y el socio y aficionado del Barça lo saben.
Pep fue egoísta por su tardanza en anunciar la decisión sobre su
continuidad pero tenía crédito para ello, se lo había ganado. Tito
Vilanova, mientras, calla y espera. Queda la final de Copa. Hay que
transmitir una imagen de absoluta normalidad. Pero, ojo a lo que ocurra
después. ¿Le merece la pena a Tito formar parte de un proyecto que nace
tocado? ¿Se arrepiente de la decisión que tomó? Rosell le tenía miedo a
Guardiola, por ser amigo de Cruyff y Laporta, e intentó ganarle por la
mano el último día y en el último momento. Sus asesores le montaron una
estrategia equivocada. Y eso le acabará pasando factura. Rosell debe
reflexionar, prescindir de algunos aduladores profesionales, y empezar a
dirigir el Barça... Por lo menos hasta que vuelva Laporta.
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